Envejecimiento y diseño espacial: accesibilidad para la seguridad cognitiva

El modelo para diseñar espacios accesibles, espectro cognitivo va muy pronto a publicar adaptaciones del paradigma a las etapas del envejecimiento: quien escribe e investiga quiere que sus experiencias ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas en espacios cotidianos o aquellos específicos donde pasa sus años de una vejez que cuanto más activa menos vejez parece.

Este artículo repasa brevemente la historia del modelo para diseñar espacios accesibles, espectro cognitivo, y su transformación y crecimiento, a partir las primeras publicaciones ya en 2016 mostraron un paradigma que comenzaba a incorporar conceptos de neurociencia para adaptar espacios para todas las personas.

Cualquiera de nosotros aspira a una vejez activa y sin que la vida cambie, o se diferencie del curso  natural: proceso  o evolución que lleva desde que eramos jóvenes hasta el presente. Mientras los aspectos físicos y cognitivos están bien las personas seguimos sintiéndonos jóvenes, no habría muchos cambios solo aquellos derivados de la experiencia y las responsabilidades que se van adquiriendo: familia, hijos, nietos.

Las experiencias en materia de ajustes, de todos los proyectos llevados a cabo en los últimos 5 años convergen en el año 2019 en otro grupo importante de usuarios: los mayores, que son muy importantes por sus demandas de espacios que deberían estar diseñados pensando en facilidades físicas, sin barreras, y claridad para ser comprendidos: verdaderos apoyos para que los procesos cognitivos puedan fluir con facilidad o como mínimo que no sean los que creen más problemas a los que la situación de  la persona mayor presenta.

La experiencia del modelo se centra ahora en ese grupo de edad muy variable, que está más allá de los 60 años, que contrasta , n algunos aspectos cognitivos, con aquellos grupos con los que el modelo venía trabajando hasta ese momento: personas con discapacidades intelectuales o del desarrollo.

Las similitudes o diferencias entre ambos colectivos se refieren a aspectos de funcionamiento que en la edad madura afectan a zonas del cerebro relacionadas con la visión, y también con la atención y la memoria, funciones cognitivas imprescindibles para poder adaptar mapas mentales y modificarlos sobre la marcha, nunca mejor dicho, cuando surgieran cambios espaciales.

Así los proyectos de ajuste en espacios dedicados a los mayores tienen con aquellos diseñados teniendo como acompañamiento a personas con discapacidades intelectuales muchas semejanzas. Pero precisamente son las diferencias las que aconsejan ser cauto cuando se diseña para mayores, sobre todo, si están afectados por enfermedades de movilidad, como sucede con el Parkinson o de comportamiento, olvido espacial y temporal, como pasa con las demencias, y que afectan a la coordinación de todos los movimientos que se necesitan para ejecutar acciones, pensar hacia dónde ir y localizar un destino.

Y, en general, aquellas muestras de que el cuerpo se va modificando por la edad y las respuestas o reacciones que la persona va recibiendo de su propio cuerpo adaptándose a algunos cambios.

Así que es ahora el modelo el que se va a adaptar a este momento en que los límites del espacio son verdadero apoyos, que los colores tienen que ser más contratados para diferenciar planos horizontales de verticales y que a veces la falta de apetito se relaciona con los colores del plato, más que con lo que hay adentro suyo.

Las funciones cognitivas en el envejecimiento se modifican, incluso puede haber circunstancias que las cambien rotundamente. Pero lo que hay que tratar es de que estos cambios sean, si no pueden evitarse, lentos y fáciles. Pero como no se puede asegurar nada cuando hay cambios cognitivos se debería tratar con el diseño del espacio que este facilite las adaptaciones: sea verdadero apoyo y en base a conceptos científicos no solo experimentales.

Por ese motivo y manteniendo su actualidad investigadora la autora del modelo va a dar difusión tan pronto como pueda a estas adaptaciones, pretendiendo que ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas en sus etapas de envejecimiento .